El flat white se compone de un ristretto doble, leche cremada y microespuma. (Foto: Huella y Aroma)
El flat white se compone de un ristretto doble, leche cremada y microespuma. (Foto: Huella y Aroma)
Norka Peralta Liñán

El 11 de marzo de 2011, el término “flat white” fue incorporado al Diccionario en Inglés de Oxford, que lo define como “una taza de café hecha con leche caliente, pero sin la espuma del cappuccino”. Recientemente, Google recordó esa fecha al crear que se ha popularizado en las cafeterías de especialidad gracias al balance que logra entre la fuerza del espresso y la textura sedosa de la leche.

Australia y Nueva Zelanda se disputan el origen del flat white en la década de los años ochenta cuando, según Google, empezó a aparecer en las cartas de bebidas de cafeterías en las ciudades de Sidney y Auckland. Es la favorita de quienes buscan un shot de espresso cubierto con leche al vapor y una fina capa de microespuma, según la descripción de Google. Y es que, a diferencia del cappuccino, el flat white (literalmente ‘flat’ es plano, por su traducción al inglés) tiene menos espuma.

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“El flat white combina carácter y equilibrio, ya que es una bebida con una capa pequeña de microespuma, similar a un latte, pero con una intensidad que permite saborear mucho más el espresso”, refiere Jesús Lameda, barista de la cafetería Huella y Aroma.

Ristretto doble y leche

Se sirve en una taza o vaso de cuatro o cinco onzas (150 a 180 mililitros) y se compone de un ristretto doble, lo que le aporta intensidad, y leche que se emulsiona hasta lograr una crema de textura más densa que la del cappuccino y una delgada capa de espuma, explica Martín Cueva, barista y certificador de latte art.

Se puede usar leche deslactosada y leches vegetales para el flat white. (Foto: Martín Cueva)
Se puede usar leche deslactosada y leches vegetales para el flat white. (Foto: Martín Cueva)

El sabor del espresso resalta gracias a la dulzura de la crema de leche que se obtiene al incorporar menos aire a esta cuando se calienta y homogeniza simultáneamente con ayuda de la lanceta o vaporizador de la máquina de espresso.

Se puede usar leche sin lactosa y también leches vegetales, aunque, por su composición, pueden variar la textura final de la bebida, indica Jesús Lameda. Además, gracias a la textura de la leche cremada, se presta para presentar cada taza de esta bebida con latte art como se denomina a las figuras que es posible hacer sobre el café.

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