Nora Sugobono

Emilio Macías siempre ha hecho las cosas a su manera y su carrera, desde que puso un pie en el Perú a inicios de la primera década del dos mil, es una confirmación de dicho principio. Tras su paso por la cocina de Astrid y Gastón vino la aventura de un divertido emprendimiento bautizado como El Diablito -hacía ‘pop-ups’ en barras y restaurantes con tradicional- y, más adelante, la creación de una marca llamada Madrísima que operaba por delivery y llegó a tener presencia en un conocido patio gastronómico.

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Hace unos meses, Macías encontró el local idóneo para establecerse en un tiempo y un espacio que le permitiesen desarrollar un concepto único, hecho a medida. Eso es lo que viene a ser Casa Nixtamal: una tiendita y restaurante mexicano donde se combinan los sabores y recuerdos de su querido México, con los maravillosos insumos del Perú.

Dicho en sus propias palabras: producto local, corazón mexicano.

Los productos que se hacen en casa tanto para la cocina como para la venta al público: queso Oaxaca, tortillas, chocoflán de vainilla de Papantla y cacao 62% San Martín y distintas salsas con ajíes y chiles.
Los productos que se hacen en casa tanto para la cocina como para la venta al público: queso Oaxaca, tortillas, chocoflán de vainilla de Papantla y cacao 62% San Martín y distintas salsas con ajíes y chiles.
/ Heroina Estudio

No pudo elegir mejor lugar que el jirón Colina en Barranco, una calle que recuerda a Londres o el Soho neoyorquino con su arquitectura y espacios de arte y gastronomía, tan variados como coloridos. Frente a Nixtamal -el local se ubica en el primer piso y terraza de una casona- están, por ejemplo, Ciclos Café, Helado de Lima, Amano Street Kitchen y la cafetería Tertulia, todo a metros de distancia.

La experiencia que Emilio ofrece es bastante casual, cercana. Literalmente sentimos que estamos entrando en su hogar y nos va a ofrecer la comida del día, y eso es básicamente lo que ocurre. El clásico guacamole se convierte aquí en un concepto versátil que se acompaña con frutas de temporada, hierbas aromáticas y tostadas de cilantro. Luego están los chilaquiles de totopos, que se mojan con salsa verde, crema de rancho y huevo a baja temperatura.

El chef mexicano Emilio Macías lleva casi dos décadas instalado en Lima.
El chef mexicano Emilio Macías lleva casi dos décadas instalado en Lima.
/ Heroina Estudio

Para sabores más frescos e intensos, un aguachile de langostinos zarandeados con salsa marisquera (un chile muy especial del noroeste de México llamado Chiltepín) es pura frescura y novedad en el paladar. Por supuesto, todas las tortillas y salsas se elaboran en casa. Con eso se arman los tacos, que aquí vienen surtidos con tres clases de rellenos: carnitas, endiablados de coliflor y campechanos de asado de tira. También hay, por supuesto, quesadillas y una surtida variedad de bebidas que harán del maridaje otro viaje, igual de divertido. //

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