Nora Sugobono

“Ay, es que debo hacerlo todo con amor. Quizá esta noche sea mi noche ideal”, cantaba una optimista Isabel Lascurain en las primeras estrofas del clásico del pop latino bautizado como “Popurrí de Pandora” -melodía, himno, mantra de vida-. Y sus palabras resuenan con fuerza dentro del local de María Mezcal. Un bar miraflorino donde los éxitos del pop mexicano de las décadas del ochenta y el noventa se han convertido en el hilo conductor de una experiencia única en la ciudad.

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Entre sus mesas, el desamor, la traición y la pasión se sienten y se gritan en carne propia. No importa si ninguno de dichos sentimientos se esté viviendo realmente: lo que aquí se conjura es una suerte de catarsis gastronómico-musical donde el tequila y el mezcal juegan un rol fundamental. Evidentemente.

La fórmula ha funcionado a tal punto que cientos de personas llegan a hacer horas de cola todos los días con tal de tener la oportunidad de conocer y -de probar- qué pasa realmente ahí adentro. Detrás están Jorge Chung y Luis Carrión, empresarios gastronómicos que también manejan los bares El Infusionista y La Cachina (ambos en la misma Manuel Bonilla) y cuya idea original distaba bastante de lo que hoy se ha convertido en su gran punto diferencial.

El local está ubicado en la transitada calle Bonilla de Miraflores. La demanda es tal que no aceptan reservas.
El local está ubicado en la transitada calle Bonilla de Miraflores. La demanda es tal que no aceptan reservas.

Al comienzo, lo único que querían ofrecer era buen mezcal -destilado de agave con un maravilloso sabor ahumado- y bocados mexicanos al paso con cierta complejidad en su preparación. Aquí no hay nachos con guacamole: sí hay, por ejemplo, tacos al pastor, de carnitas, con langostinos enchilados y hasta vegetarianos; o quesadillas para armar al gusto con la carne que el comensal elija. Y luego está la barra, con toda clase de vasos (uno de ellos está diseñado con forma de piñata) y combinaciones a base tequila y mezcal. Son los únicos licores que se sirven en el bar, además de cerveza. La comida es, por supuesto, muy importante: si se bebe, mejor tener la barriga llena para que el corazón cante, y no llore.

Tacos de carnitas.
Tacos de carnitas.

No es mala idea dejarse llevar por los nombres de los cocteles en el menú. Están las tres Marías de Thalía; un afrutado María Joaquina (viene con una paleta, en honor al apellido de la actriz que hizo famoso dicho personaje), una deliciosa versión de negroni hecha con mezcal y, claro, algunas bebidas más tradicionales como el tequila sunrise, la paloma o un ‘mojalisco’, propuesta de mojito preparado con tequila. En palabras de la extraordinaria Rocío Dúrcal, ya lo ves, la vida es así. Tú te vas, y yo me quedo en María Mezcal. //

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Más que probable que la visita termine con gente cantando a viva voz, e incluso bailando alguna coreografía noventera (sugerimos no resistirse). Si bien el bar está abierto todos los días de la semana (desde las 5 p.m. hasta el cierre), las noches de los domingos son particularmente especiales: hay mariachis en vivo. Vaya con tiempo.

BIEN SURTIDOS

Más allá de la experiencia musical y la técnica en coctelería, uno de los datos más interesantes de este espacio es el número de etiquetas de mezcal con las que cuentan: más de 30. Es la barra mezcalera más surtida de Lima.

Dirección: Manuel Bonilla 132, Miraflores@maria_mezcal

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