La guía más completa del sur: clásicos y novedades gastronómicas, desde Punta Hermosa hasta Cerro Azul

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Los limeños tenemos la suerte inmensa de tener kilómetros de playas –en específico, el tramo que va desde Villa hasta Cerro Azul– donde el clima se fusiona con la magia, y la geografía (hay que decirlo) con las bienes raíces. Atardeceres imponentes, aguas generosas y un crecimiento inmobiliario que ni siquiera la pandemia ha podido frenar definen la costa sur de nuestra capital.

Entre los balnearios más tradicionales y las bahías más exclusivas (y todo lo que hay, literalmente, en el medio) está la oferta gastronómica. La misma que empieza desde la propia Panamericana Sur y termina en mercados, restaurantes, deliveries y clubes privados. A los peruanos nos gusta comer bien y queda confirmado que nos encanta hacerlo especialmente durante el verano.

A continuación, una guía con los puntos obligados en las playas más concurridas por visitantes y vecinos, elaborada por el equipo de Somos y Provecho, la marca gastronómica de El Comercio. A comer, que se calienta el cebiche.

Punta Hermosa

Por Thalia Cadenas

Durante el verano, miles de visitantes locales y extranjeros llegan a diario a Punta Hermosa, no solo por las playas: también por la comida. Entre los clásicos se encuentran la Trattoria Don Angelo, conocida por sus platos de fusión ítalo-peruana y también por su célebre torta de chocolate. También La Casa de Gloria, con sus guisos, pastas, postres e imperdibles desayunos hogareños. Espacios de comida fusión y confortable como Cucharitas, Matambrito y La Milonga –restaurante de comida argentina que tuvo sus inicios en San Bartolo– son algunas de las novedades esta temporada.

Detrás de este último espacio están Alberto Moratinos y Coco Maggio (actor conocido por Rebelde Way), quien vive desde hace 4 años en el balneario. “Me enamoré del lugar, de la gente y de las olas. Es lindo y tiene de todo”, dice Maggio. Otra de las sorpresas es Koma, del cocinero peruano Diego Arciniega, un lugar donde se puede encontrar desde comida marina hasta cortes de carne, todo pasado por las brasas de sus hornos Kamado. Los patios gastronómicos (como Patio 43) también se han abierto camino en esta zona.

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Señoritas y Caballeros

Por Nora Sugobono

A lo lejos, el litoral se va llenando de edificios cada vez más altos. Son las playas conocidas como Señoritas y Caballeros, en el mismo distrito de Punta Hermosa, un paraje que se hizo famoso a inicios de la década del 90 por ser el preferido de surfistas y jóvenes, y que hoy representa el gran boom inmobiliario del sur chico. Como todo lugar en crecimiento, los restaurantes no han tardado en llegar. Por un lado está La Rotonda –lugar que concentra distintos restaurantes y puestos de comida urbana–, ubicado justo a la entrada que conduce a estas playas. Más cerca, y hacia la espalda de los edificios, encontramos un pequeño espacio con markets y un favorito del público en lo que a comida marina se refiere.

“Marcelo es una cebichería clásica, como de vieja escuela, cuyo dueño es un pescador que garantiza ofrecer el cebiche más fresco que hay”, cuenta la nutricionista Maca Bustamante, vecina de la zona. ¿La gran ventaja? Hacen entregas directamente a las casas, si se pide con un poco de anticipación. Las porciones son de verdad generosas. Imposible perderse el chaufa de mariscos ni el cebiche hecho con pulpo y pesca del día, ambos en su punto perfecto.

San Bartolo

Por Jorge Chávez Noriega

Lo que hace especial a San Bartolo es su microclima. Es lo que nos dice la abogada y excongresista Rosario Sasieta, sanbartolina desde que estaba en la barriga de su mamá. “El verano puede ser muy caluroso. Pero el resto del año el clima se mantiene templado y con el cielo despejado”, comenta. En las últimas dos décadas, San Bartolo ha experimentado una explosión inmobiliaria. Y no solo eso: diversos negocios comenzaron a abrir, convirtiendo al distrito en uno de los principales motores económicos de esta parte de la ciudad. Muchos de los veraneantes que llegan son surfistas que se ven atraídos por sus magníficas olas, como es el caso de Johanna San Miguel, aficionada a este deporte.

Para la conductora de televisión, San Bartolo combina dos cosas a la perfección: un espacio ideal para conectarse con la naturaleza y un paraíso del buen comer. Hay cebicherías que conviven entre lo clásico y lo moderno, como Chelulo’s y Rocío y Olas Restobar, y dulcerías con antojos de toda la vida, entre las que destaca La Esquina de las Delicias: aquí el verano de verdad puede durar todo el año.

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Asia

Por Nora Sugobono

No había fin de semana en Asia en el que el Boulevard no reventase de gente: ya sea abarrotando restaurantes, haciendo filas en las decenas de discotecas que se habían convertido en su principal atractivo o degustando bebidas nuevas en alguna que otra inauguración. Las noches –y días– son bastante diferentes hoy a raíz del covid, y así vienen siendo desde el verano pasado. El rol de los clubes de playa (funcionan bajo ese esquema) se ha fortalecido.

“Playas como Flamencos y El Golf tienen hasta sushi; además, muchos aplicativos llegan hasta Asia. Lo ideal es salir solo por lo indispensable”, cuenta la fotógrafa Jimena Agois, veraneante de Cocos. La pizzería La Bámbola está en Palmas, Kapala y Cocoa, mientras que los cafés de Harry Neyra se encuentran en Palmas y Costa del Sol, por nombrar algunos. “A eso hay que sumarle las cebicherías clásicas de cada playa que tienen comida de club”, finaliza Agois. En el Boulevard operan actualmente 14 restaurantes; entre ellos, La Granja Azul, Segundo Muelle, La Baguette, Café Lynch, El Hornero y El Piloto. La fiesta debe continuar.

Cerro Azul

Por Diana Gonzales

Cerro Azul tiene el encanto de los pueblos antiguos y apacibles. Lorna, pejerrey, lenguado, chita, corvina o raya son algunas especies que regala este mar con mucha identidad, la cual se encuentra en varios platos de su gastronomía. Platillos como el charquicán, un guiso de raya seca deshilachada; o la sopa atómica, un caldo a base de muymuy, se preparan en Don Satu desde hace más de seis décadas.

“Antes de terminarla te quedas dormido”, recuerda Guillermo Menéndez, un cañetano de 89 años enamorado de Cerro Azul desde su niñez. “Es una playa tranquila y la comida es deliciosa. Toda mi vida he pasado los veranos en Cerro Azul, al igual que mis hijos”. Si se trata de cebiches, el tradicional cebiche de chanque se puede pedir en Puerto Azul o lenguados y chitas al ajo en Juanito. Lobo de Mar y Lobito son opciones sin pierde. La Chitería, en el km 126 de la Panamericana Sur, a minutos del pueblo, ofrece manjares de chita fresca para quitarse el sombrero.

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LAS VOCES

Johanna San Miguel (actriz y conductora)

San Bartolo

“Mis ‘points’ favoritos aquí son el restaurante Rosita, Brandon Pizzas & pastas, Kai nikkei sushi bar y destaco especialmente Olas Restobar. La comida ahí siempre es deliciosa y la atención, además, es maravillosa”.

Diego Arciniega (cocinero)

Punta Hermosa

“Hace dos años vine a vivir a Punta Hermosa. La oferta gastronómica ha crecido muchísimo y vi la oportunidad de abrir mi propio restaurante aquí, ya que Lima está cada vez más llena de lugares. Creo que en Punta Hermosa tengo un espacio para crecer”.

Jimena Agois (fotógrafa)

Asia

“La oferta dentro de las propias playas se ha puesto cada vez mejor y el delivery amplía las posibilidades. En el Boulevard se mantienen varios de los restaurantes de siempre. Hay algunos locales que funcionan de noche (como restobares), que deben respetar el aforo”.

Maca Bustamante (nutricionista)

Señoritas y Caballeros

“Lo más rico de vivir en la playa todo el año definitivamente es el mar: tener la vista cuando te despiertas en la mañana y el sonido de las olas cuando te vas a dormir. Hay una vibra de un ambiente mucho más tranquilo y relajado”.

Guillermo Menéndez (administrador)

“Cerro Azul era y es un puertecito muy acogedor. Desde que tenía 11 años pasaba las vacaciones con la familia y alquilábamos una casa todo el verano. Los sábados y domingos llegaban las lunahuaneras con sus frutas y salíamos a la plaza a jugar: era como una fiesta para todos”.

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