Diana Gonzales Obando

Son los recintos donde los estudiantes pueden encontrar un momento de tranquilidad, concentración o simplemente volar con la imaginación a través de la lectura. Las buenas públicas y municipales están pendientes de las necesidades más urgentes de sus vecinos, entre ellas, adquirir conocimiento. Saben negociar y gestionar los recursos disponibles, generando impacto social, haciendo sentir que son del barrio, del distrito, de grandes y de chicos.

Esto lo conoce muy bien Beatriz Prieto (Lima, 1945), una de las bibliotecólogas con mayor trayectoria del país (ha trabajado en bibliotecas alrededor de 50 años) y con una gestión impecable que sobresale, principalmente, por sus 26 años a la cabeza de la biblioteca Ricardo Palma de Miraflores y sus profundos cambios hasta convertirla en un espacio moderno, inclusivo, con un catálogo superactualizado.

Beatriz Prieto —bibliotecóloga de profesión— fue directora de la Biblioteca Ricardo Palma de Miraflores durante 26 años. En su gestión se creó la Feria del Libro del mismo nombre.
Beatriz Prieto —bibliotecóloga de profesión— fue directora de la Biblioteca Ricardo Palma de Miraflores durante 26 años. En su gestión se creó la Feria del Libro del mismo nombre.
/ SOMOS > ELIAS ALFAGEME

Dejar una huella en las personas es lo que más destaca Prieto: “Una biblioteca pública en un distrito logra impacto social, llega a generar el bienestar económico que es el fin de todo servicio. No se trata solamente de que lean libros, sino que, a través de la lectura y la información, logren escalar otros niveles”, nos dice. Sus campañas llegaron a comisarías, programas del Vaso de Leche, policlínicos, playas. Y se creó también la Feria del Libro Ricardo Palma y la Noche de las Librerías, que involucran a vecinos, librerías y los negocios locales. Además, sus proyectos de gestión consistían en generar alianzas estratégicas que no los beneficiaban con dinero, sino con bienes.

Beatriz Prieto con el arquitecto Fernando Belaunde en un ciclo de conferencias sobre arquitectura organizado por la biblioteca.
Beatriz Prieto con el arquitecto Fernando Belaunde en un ciclo de conferencias sobre arquitectura organizado por la biblioteca.
/ Archivo Beatriz Prieto

Pero Beatriz recuerda un caso especial de impacto con el programa Casero del Libro, este consiste llevar en calidad de préstamo libros a los mercados: “Estaba en la calle y una mamá me empieza a llamar a gritos. Ella trabajaba en el mercado y quería agradecerme que sus hijas leyeran mucho gracias a este programa”, relata Prieto con entusiasmo. “Me dijo que aprendieron a leer, pensar y estudiar (en ese orden), y ahora una sigue la carrera de Medicina y la otra, Ingeniería. Es importante levantar la autoestima de la gente”, destaca la bibliotecóloga.

Durante su trayectoria, la bibliotecaria ha recibido decenas de reconocimientos a su labor de gestión y cambios.
Durante su trayectoria, la bibliotecaria ha recibido decenas de reconocimientos a su labor de gestión y cambios.
/ SOMOS > ELIAS ALFAGEME

De joven, mientras enseñaba en el colegio León Pinelo, logró generar el interés de sus alumnos por la historia del Perú, de tal manera que llenaba la biblioteca. Incluso, los padres de familia acudían porque Prieto les hizo saber de la existencia de un libro en hebreo que mandó a traducir, convirtiendo así una joya escondida en material accesible para todos. Se jubiló hace tres años, pero su mentalidad de estratega sigue trabajando.

Triciclos lectores

Acercar la lectura a la gente movilizando los libros a las calles es también el trabajo de Luis Salluca, un chalaco de corazón, nacido en Puno hace 65 años. Creció en una zona picante cerca de los Barracones: “He tenido la suerte de crecer con amistades que lograron ser profesionales”. Y quiso lo mismo para él. Estudió para ser docente de Matemáticas, y ahora es el encargado de la Biblioteca Pública Municipal del Callao Teodoro Casana Robles, considerada patrimonio de la zona monumental del Callao.

El técnico bibliotecario Luis Salluca es el encargado de la antigua Biblioteca Pública Municipal del Callao Teodoro Casana Robles. Desde aquí, promueven la Bibioteca Itinerante que consiste en trasladar en un triciclo libros para el espacio público y una serie de actividades que los acompañan.
El técnico bibliotecario Luis Salluca es el encargado de la antigua Biblioteca Pública Municipal del Callao Teodoro Casana Robles. Desde aquí, promueven la Bibioteca Itinerante que consiste en trasladar en un triciclo libros para el espacio público y una serie de actividades que los acompañan.
/ SOMOS > ELIAS ALFAGEME

Desde este año, este recinto viene promoviendo la Biblioteca Itinerante, una llamativa manera de trasladar los libros a través de triciclos al espacio público, como parques y plazas. “De niño no tenía biblioteca en casa, tuve ciertas limitaciones; sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de llevar los libros adonde no existen bibliotecas y los vecinos se sienten agradecidos. Hemos visto cómo muchos terminan interesándose por la lectura”.

Llevar la lectura a niños y niñas es también parte de los objetivos de la Estación de Biblioteca Pública Ricardo Palma Soriano, de Comas. Su local recibe a las infancias con espacios coloridos y un mobiliario agradable y cómodo.

Pamela Vía Escalera tiene 34 años y está a cargo de la EPB Comas desde hace seis años. Esta se encuentra en el Parque Ricardo Palma, a la altura del km 12,5 de la Av. Túpac Amaru.
Pamela Vía Escalera tiene 34 años y está a cargo de la EPB Comas desde hace seis años. Esta se encuentra en el Parque Ricardo Palma, a la altura del km 12,5 de la Av. Túpac Amaru.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > ANTHONY NINO DE GUZMAN

Este local es parte del vecindario, está bien iluminado y cuenta con seguridad: “Es una ventaja para la comunidad tener una biblioteca en una zona tan movida con problemas como delincuencia, alcoholismo y drogadicción. No solo ofrecemos los servicios en sede, también salimos a incentivar la lectura con nuestros aliados como instituciones públicas, diferentes programas y los vecinos, principalmente, porque su difusión y participación es muy importante, así como el apoyo de la municipalidad”, nos dice Pamela Vía Escalera, la bibliotecóloga a cargo de este recinto en Comas construido sobre un terreno donado por la asociación Repartición.

Alrededor de 500 usuarios llegan al mes a este local donde la literatura es lo más fuerte de su catálogo. Para Vía, encontrar a tantos lectores y estudiantes en un espacio tranquilo y seguro para seguir creciendo es una gran satisfacción que le impulsa a continuar cada día. //




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