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Las chicas del 4to C
Nora Sugobono

Esta no es una obra para mujeres, pero sí es una obra sobre mujeres. Las chicas de 4to C es un viaje a la nostalgia a través de la historia de cinco estudiantes de un colegio parroquial, unidas por una misma pasión: la música. El suyo representa el camino hacia la libertad de la última generación que creció en un mundo libre del efecto 2.0. Conversamos con sus protagonistas antes del estreno.

PROM 99
Entiéndase por ‘carpintero’ el diseño de un jean de costuras marcadas y piernas de corte ancho –adornado con sentadores bolsillos abultados en lugares donde uno no necesita bolsillos– muy popular a finales de la década del 90. Dígase la palabra ‘carpintero’ delante de un grupo de treintañeras, añádase la primera estrofa de una canción de Salserín y el mundo podría no ser el mismo. ‘Las chicas del 4to C’ es eso en apariencia. No en esencia.

“Somos una generación que está en transición”, cuenta Patricia Barreto. “Mujeres que fuimos adolescentes a finales de los 90 y que hemos mirado hacia un futuro donde hay cuestionamientos”, añade la actriz. Mujeres a las que se les dijo que el mundo podía ser suyo, que podían (¿debían?) ser buenas en todo lo que hicieran, pero que también tendrían que casarse y tener hijos para estar completas. Dicho de otra manera: esta no es una chick flick teatral. Aunque suene por ahí alguna canción de las Spice Girls.

“¿Qué es la libertad para nosotras? Esa es la idea principal”, continúa la actriz Lú Arispe. “Crecimos con padres que fueron criados de manera tradicional. Había temas que no se podían tocar, no solo por la falta de acceso a la información que hoy todos los adolescentes tienen a la mano, sino porque no estaba bien o no estaba permitido”. Para Yiddá Eslava, el factor tecnológico –o la ausencia de– ha sido clave. “Había celulares, podías mandar un mensaje de texto, pero en realidad tu grupo de WhatsApp eran los papelitos que te caían en la nuca en clases”, dice la actriz.

Inocentes, pero no ingenuas. Cada una de las chicas tiene una personalidad marcada en escena, pero no es conveniente dejarse llevar solo por el exterior. “Los mismos problemas de hoy existían también en esa época”, sostiene María Grazia Gamarra. “La diferencia es que ahora se visibilizan y se manejan de otra forma. Los chicos tienen más herramientas”. Lelé Guillén está de acuerdo. “Por supuesto que en nuestro país hay muchos sectores donde todavía no hay acceso ni a la tecnología ni a la información, incluso en el 2018”, sigue Guillén. “Pero hay cosas que han cambiado. Hoy existe una palabra para el acoso en el colegio –el bullying–, por ejemplo. Volver atrás es como sanar una herida de esa época en la que nos sentíamos oprimidas por muchas cosas. Por la edad, por las reglas de una institución cuadriculada, por la sociedad”.

SEPA MÁS

ESCRIBE: César de María
DIRIGE: Adrián Galarcep
ESTRENO: Viernes 6 de julio
DÓNDE: Teatro Pirandello (Av. Petit Thouars, cuadra 10)
ENTRADAS: En Teleticket, desde S/ 30

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