Al Parque Nacional Camboya Coca se le conoce como “el parque nacional del agua” porque alberga a las nacientes de los ríos Dué, Chingual, Cofanes y Cabeno que alimentan al Aguarico, un afluente que, al igual que el río Coca, entrega sus aguas al gran río Napo.
Esta área natural protegida se encuentra al nororiente de Ecuador, entre las vertientes del Pacífico y Amazonas, y es considerada como una de las más importantes del país, porque ahí nace el agua que permite abastecer al 60 % de la población de la ciudad de Quito.
Además, es la tercera área natural protegida más grande del Ecuador con 404 103 hectáreas distribuidas en las provincias de Pichincha, Imbabura, Napo y Sucumbíos. Su gran extensión le permite tener zonas que están entre los 600 y 5 900 metros de altitud y, por lo tanto, cuenta con una gran biodiversidad.
El parque se divide en dos áreas administrativas: la zona alta, con nevados y páramos, y la zona baja, con bosques húmedos. “El Cayambe Coca reúne todos los pisos climáticos, por eso tiene una gran diversidad de especies y paisajes siendo una misma área natural protegida”, comenta Werner Barrera Velázquez, jefe de la zona alta del parque.
Primera parada: especies en peligro
El oso de anteojos (Tremarctos ornatus) es el símbolo del área protegida, una especie que está en la categoría Vulnerable, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“El parque promueve la protección del oso de anteojos de la caza furtiva. Esta es una especie que solo vive en Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia y Bolivia”, señala el Barrera Velázquez, quien lleva 13 años trabajando en el área natural protegida.
Al caminar por los senderos del Parque Nacional Cayambe Coca, los visitantes pueden realizar el avistamiento de diversas aves, como el cóndor andino (Vultur gryphus), el águila poma (Spizaetus isidori) y la pava carunculada (Aburria aburri).
En el parque también habitan otras especies en peligro, como el venado del páramo (Mazama rufina), el zorro de oreja corta (Atelocynus microtis) y tití cuellinegro (Saguinus nigricollis), en total se registran 200 especies de mamíferos, 900 aves, 120 reptiles y anfibios.
En el caso de flora, el parque registra 100 especies endémicas, como el ichu (Stipa ichu). Los helechos (Polypodiophyta) también son característicos de la zona, así como árboles amenazados como el cedro (Cedrela odorata), el canelo (Drimys winteri), entre otras.
Segunda parada: territorio indígena
Al interior del parque viven los pueblos indígenas de las nacionalidades kichwa y cofán, que están en las comunidades Oyacachi, en el lado occidental de la Cordillera de los Andes, y Sinangué, en la provincia de Sucumbíos, ambos mantienen una convivencia pacífica con el área y se dedican a actividades turísticas y deportivas.
Los indígenas también se encuentran en la zona de amortiguamiento del parque y realizan la labor de vigilancia y conservación. Además, trabajan en proyectos para la diversificación de la producción agrícola y mejorar las coordinaciones locales para combatir las amenazas del parque.
La población local y los indígenas son parte del grupo de guardaparques del Parque Nacional Cayambe Coca. Ellos emiten alertas de deforestación y acuden a combatir los incendios forestales permanentemente.
Tercera parada: volcanes y glaciares
En el parque, el principal atractivo para los senderistas es el volcán Cayambe, que alcanza los 5 790 metros de altitud, tiene varios domos y masa glaciar en lo más alto, con un espesor de 30 a 50 metros. Alrededor de 45 000 personas lo visitan cada año. Mientras que el volcán Reventador se ubica en el extremo oeste del parque y actualmente se encuentra activo, por lo que a esa área no se permite la visita de turistas.
Las aguas termales de Papallacta también están dentro del parque y sirven de balneario para los visitantes. Además, se encuentra cerca las praderas del altiplano donde se realiza la observación de aves y la pesca deportiva, siendo la única área natural protegida que permite esta última actividad en Ecuador.
Werner Barrera explica que una de las mayores presiones del área es la expansión urbana y los taladores que ingresan a los bosques húmedos. “Nosotros trabajamos en el control de la cantidad de visitantes al parque por día y el uso del cambio de suelo que solicitan los propietarios privados de las zonas aledañas de acuerdo al plan de manejo del área”, explica.
Los trabajadores del parque también realizan acciones de mitigación contra el retroceso de los glaciares y adaptación para la población local. “La desglaciación es un problema mundial, no podemos detenerlo, pero sí trabajar en la adecuación”, reconoce Barrera, quien es originario de la ciudad de Cayambe y se animó a ser guardaparque en el 2011 y hasta ahora trabaja en el área.
*Imagen principal: El volcán Cayambe alcanza los 5 700 metros de altitud y cuenta con masa glaciar en su cumbre. Cortesía: Parque Nacional Cayambe Coca
El artículo original fue publicado por Geraldine Santos en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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