Lorena Salmón: "Suéltate el pelo"
Lorena Salmón: "Suéltate el pelo"
Redacción EC

Cualquier mujer que se siente intimidada por otra, se coge el pelo y lo arregla con el clásico movimiento de lado a lado. Eso le da seguridad.

¿En qué me baso para formular semejante teoría?, podrán preguntarse. Pues he hecho mi trabajo de campo. Desde que percibí este hábito como muletilla de la mujer que se siente indefensa frente a la nueva fiera –cualquier mujer que entre a un lugar y logre captar tu atención, se lleva ese mérito–, me di cuenta de que era una herramienta  muy socorrida de protección y auto seguridad.

Lo comencé a notar, no sé si sesgada por el ímpetu de querer comprobar mi hipótesis inicial, pero lo vi día a día, en baños, restaurantes, centros comerciales. Anduve atenta a cualquier mujer que estuviera jugando con su pelo solo por un tema de inseguridad frente a otra.

Sí señoras, el pelo no solo nos protege de las inclemencias del clima, sino de las inclemencias de nuestra seguridad cojeante. Y nos hace sentir bellas, nos hace sentir atractivas, protegidas, nos permite jugar, inventarnos. Pero qué bonito.

Imaginen a Briggitte Bardot sin ese pelazo, sin ese peinado sensual que fue parte indiscutible de su sex appeal. Sería como cortarle el pelo a un pooddle. O como verla con HD y luego sin HD.

Así como Bardot, hay cientos de peinados icónicos que marcaron época. Por ejemplo, Farrah Fawcett no hubiese presidido las cabeceras de las camas de millones de adolescentes (en versión poster, ojo) sin ese look de capas conocido como feathered ‘do. Sin su larga cabellera Daniela Romo no hubiese sido el alter ego de cualquier adolescente en los 80.

Es así de importante el pelo y es nuestra herramienta para reconfortarnos (y escondernos) ante cualquier situación de inseguridad. Camino y veo a una chica guapa, y como yo también me quiero sentir guapa: me arreglo el pelo. Quien no se haya sentido identificada con este pensamiento, que levante la mano.

Está bien, admito que puedo estar equivocada y no debería generalizar, pero de lo que no podemos dudar bajo ninguna situación es el que el pelo nos empodera. Igualito que a Sansón o a Mel Gibson en “Corazón valiente”.

Basado en esa premisa, un gigante de los productos de belleza como Pantene ha decidido armar una campaña para que la mujer se suelte el pelo: (#suéltatelo) y se sienta mejor, más feliz y más segura.

Tomando todo esto en consideración, vayamos a lo que tendríamos que hacer para dejar libre nuestra cabellera. Para todas ustedes, es indispensable tener un corte de pelo que vaya con su tipo de rostro: si es ovalado tienen la suerte de que casi todo le irá bien; si tienen mucha frente, se recomienda cerquillo y así hay fórmulas que su estilista les puede recomendar. El mío, Francesco Giaquinta, es un genio.

Él no solo encuentra el corte perfecto para tu rostro sin preguntarte mucho y te embellece. Sí: tiene ese fecto embellecedor. Además sabe recomendar con acierto qué color de tinte le va mejor a tu tono de piel. ¿Qué más le puedes pedir? Ah sí, en el caso de Francesco, que es un italiano hermoso por dentro y por fuera, que te salude con un cálido Ciao, bella.

Así que tomen en cuenta estos consejos, busquen a su gurú de belleza y suelten ese pelo.

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