En definitiva, las relaciones de pareja son una interacción que se va modificando con el paso del tiempo y en donde los individuos constantemente deben trabajar de manera conjunta, con la finalidad de adaptarse a los cambios que, por lo general traen consigo una serie de nuevos desafíos, los cuales deben ser superados siempre en favor del vínculo emocional que los une. Sin embargo, aunque se realizan esfuerzos para consolidar ese crecimiento, en ocasiones puede resultar agotador y sumamente frustrante hasta causar una posible fractura en la dinámica de pareja, que puede conducir a una separación o divorcio.
Sin lugar a dudas, hemos llegado a un punto en nuestra sociedad en donde los divorcios se han convertido en un fenómeno social tan común y “normal” como los matrimonios. Actualmente, se observa un aumento significativo de separaciones, las cuales responden a distintos motivos, tales como el desgaste y la falta de comunicación, el desenamoramiento, infidelidades, dificultades económicas, discrepancias, una fuerte influencia de las familias políticas, personalidades incompatibles, orientación sexual, adicciones, violencia doméstica, entre otros.
¿Cómo es la vida después del divorcio?
Cuando unimos nuestras vidas en matrimonio con otra persona, en realidad no existen garantías que nos aseguren un “felices para siempre”. No obstante, cuando se inicia un proceso de desvinculación de la pareja- más allá de las razones del divorcio- es natural que surja una decepción, ya que existían ciertas expectativas e ideales ligadas a la vida conyugal.
Por su parte, Antonella Galli, psicóloga y psicoterapeuta de la Clínica Ricardo Palma, expresó a Bienestar de El Comercio que después de la separación pueden aflorar distintos sentimientos como dolor, rabia, impotencia, frustración, tristeza, miedo, ansiedad y; sobre todo, soledad. Definitivamente, es muy distinto cuando uno se divorcia y tiene hijos, quienes brindan una especie de compañía; sin embargo, cuando la persona no tiene a nadie a su lado es más duro sobrellevar la situación.
Igualmente indicó que, cuando la persona es consciente de la ausencia de su pareja y que todos esos planes y metas en conjunto quedan anuladas, es ahí donde uno empieza a experimentar la soledad. Es evidente que, uno puede sentir que ha perdido el tiempo al apostar por determinada persona y además, sentir que ha fracasado en el logro de los objetivos como: el formar una familia, crear un negocio, comprar una casa, etc.
Es usual que al término de un divorcio uno experimente cambios fisiológicos como: dificultad para conciliar el suelo, problemas de concentración, mucho cansancio en el día, estar muy sensible, irritable, desganado, con tendencia a aislarse de los demás o inclusive, ideas de desaparecer o atentar contra la propia vida, señaló Galli.
¿Cómo afrontar la soledad después de un divorcio?
En primer lugar, la psicoterapeuta explicó que es importante comprender que todo cambio en la vida requiere de tiempo de adaptación y de aceptación. Además, cada persona tiene su propio proceso de duelo. En algunos casos, en 6 meses pueden superar el dolor inicial y estar encaminadas hacia su nuevo estilo de vida.
Asimismo, durante este periodo de soledad es fundamental que la persona aprenda a vivir sin el otro, ya que antes del matrimonio fue capaz de llevar una vida independiente de la pareja. Por esta razón, es clave que podamos darnos cuenta que el divorcio también puede ser una oportunidad para reestructurarnos y plantearnos nuevas metas individuales. También es un excelente momento para autorreflexionar sobre qué hemos aprendido de la relación, cuáles fueron mis fortalezas y debilidades y en qué puedo mejorar. De igual manera, la psicóloga recomendó que es muy bueno tener tres amigos S.O.S, quienes pueden brindar su apoya en este proceso de recuperación.
Cabe señalar que, la soledad tampoco es mala, puesto que nos permite un espacio de reflexión donde podemos aprender a disfrutar de nosotros mismos, a querernos y a verdaderamente gozar de nuestra propia compañía.
Por ejemplo, si nos centramos en el caso de las cantantes, Shakira y Miley Cyrus, con ellas podemos entender cómo es vivir después de un divorcio. Por su parte Shakira, quien hace poco se ha separado de su pareja, recién está iniciando su proceso de curación, aún está procesando el dolor, expresando lo que siente y desahogándose por medio de sus canciones. Mientras que, Miley lleva un tiempo divorciada y ya realizó su duelo, ahora escribe canciones sobre el amor propio, el disfrutar de su tiempo a solas, las moralejas y enseñanzas que le proporcionó su relación, logrando así un crecimiento hacia su nueva vida.
Por último, la especialista destacó la importancia de siempre llevar un acompañamiento psicoterapéutico durante este proceso, en especial, para aquellas personas que no cuentan con una red de apoyo. El psicólogo se convierte en un agente clave en esta etapa, ya que es la persona que escucha, acompaña y brinda estrategias que permiten conectar con las emociones, dejar de lado los pensamientos irracionales y centrarnos en los racionales.
Las rupturas son dolorosas, pero naturales. Es probable que al inicio haya días buenos y malos. Sin embargo, es muy importante mirar el futuro con optimismo y dar vuelta a la página de manera saludable, ya que sí es factible superar una pérdida de este tipo.