Probablemente, uno de los miedos más comunes de los seres humanos sea el de envejecer, principalmente el relacionado con el deterioro cognitivo y posible riesgo de demencia. A quién no le ha pasado que, a medida que va creciendo siente que suele olvidar con frecuencia ciertos aspectos de su día a día. Cabe señalar que, este tipo de olvidos son considerados normales, puesto que es parte de nuestro funcionamiento cognitivo normal. En otras palabras, nuestro celebro es selectivo, por lo que determina qué almacenar en la memoria y que descartar.
No obstante, es importante tener en cuenta que si esta clase de olvidos, efectivamente están alterando nuestro funcionamiento diario e interfieren con nuestra calidad de vida, entonces sí estaríamos hablando de un proceso degenerativo severo.
¿Qué es la demencia?
Es un síndrome que provoca el deterioro de la mente, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas; es decir, la personas con demencia suelen perderse en lugares familiares y experimentan cambios bruscos de humor. Además, olvidan palabras sencillas y sufren de un deterioro de la memoria a corto plazo.
Como destaca Jean Carper en su libro “Memoria en Forma”, normalmente nuestro cerebro empieza a encogerse cuando llegamos a los 30 o 40 años, por ello nos cuenta más aprender, retener y recordar nueva información durante nuestro viaje hacia la vejez. Además, afirma que si mueren grandes cantidades de neuronas en zonas específicas del cerebro que están relacionados con la cognición, es probable padecer de Alzheimer en un futuro.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. Se estima que, en el mundo más de 55 millones de personas padecen de esta afección. Asimismo, la enfermedad del Alzheimer es la forma más común de demencia, ya que se le atribuye el 60-70% de los casos de deterioro.
¿Podemos regenerar y desarrollar el cerebro?
Aunque para muchos el panorama sea devastador y crean que es imposible contrarrestar el deterioro, la buena noticia es que es posible generar nuevas neuronas, aumentar su tamaño y mejorar el funcionamiento de las viejas, justamente en las zonas deL cerebro que rigen la memoria y el aprendizaje. Es importante tener en cuenta que a mayor masa cerebral mayor cognición.
Gracias a los descubrimientos de Fred Gage, neurocientífico del Instituto Salk de Estudios Biológicos y otras investigaciones, se ha demostrado que todos los días naces miles de neuronas, específicamente en el hipocampo, proceso denominado como neurogénesis.
En definitiva, estos hallazgos nos dan cierta luz, puesto que, al fomentar el nacimiento y la supervivencia de estas neuronas, podemos aumentar el tamaño y la fuerza intelectual de nuestro cerebro, haciéndolo más resistente al deterioro de la memoria y a la demencia.
Por este motivo, Carper indica que los estudios reflejan la importancia de caminar a paso ligero todos los días, dado que estimula el nacimiento y el crecimiento de neuronas del cerebro. También refiere que el propio acto de aprender- pero solo si se requiere de esfuerzo- mantiene vivas las neuronas recién nacidas.
¿Qué debemos hacer para desarrollar nuestro cerebro?
La autora manifiesta que, es fundamental evitar un estilo de vida y actividades que reduzcan el cerebro, como beber demasiado alcohol, estrés, sobrepeso, deficiencias nutricionales, y falta de sueño.
Por otro lado, recalca la importancia de ejercitar el cerebro y el cuerpo con actividades físicas, sociales y mentales; es decir, pensar, estudiar, aprender, caminar, bailar, hacer ejercicio, y tener relaciones positivas con la familia y amigos. Además, expresa que hacer ejercicios aeróbicos con frecuencia ayuda a contrarrestar la atrofia cerebral provocada por el Alzheimer.