Cuando tomamos café, la cafeína que se encuentra en la bebida estimula el sistema nervioso central. En el cerebro, la cafeína bloquea los receptores de adenosina, que normalmente disminuyen la actividad neuronal y promueven la somnolencia.
Cuando tomamos café, la cafeína que se encuentra en la bebida estimula el sistema nervioso central. En el cerebro, la cafeína bloquea los receptores de adenosina, que normalmente disminuyen la actividad neuronal y promueven la somnolencia.
Milenka Duarte

Probablemente, una de las bebidas con mayor trayectoria y popularidad, sea el . Su origen se remonta al siglo IX, y hasta el día de hoy, sigue siendo la favorita de millones de personas alrededor del mundo, quienes apuestan por empezar cada día con una buena . No cabe duda que, es uno de los placeres más comunes entre los seres humanos, pues se estima que entre 1.600 y 2.000 millones de tazas de esta bebida se consumen al día, además en promedio cada uno de nosotros podemos llegar a ingerir hasta 1,3 kilos de este líquido amargo por año.

Sin embargo, esta bebida ha estado durante años bajo la lupa de los investigadores y los profesionales de la salud, ya que es uno de los alimentos que más ha generado polémica, convirtiéndose en el protagonista de numerosos estudios con respecto al impacto que tiene en el organismo, específicamente, en el , gracias a uno de sus principales componentes, la.

¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando tomamos café?

Definitivamente, la cafeína como compuesto químico del café, es un estimulante del sistema nervioso central, el cual tiene un impacto directo en el estado de ánimo, la concentración y la capacidad de alerta, dado que produce un aumento de la activación y el metabolismo cerebral, logrando un notable incremento en el nivel de actividad del organismo.

Según diversos estudios se calcula que, a los cinco minutos de haber tomado una taza de café, la cafeína empieza a producir una serie de efectos a nivel cerebral, puesto que bloquea los receptores de adenosina, una sustancia química que se produce naturalmente en el cerebro y es la responsable de la regulación del sueño y la relajación, pues disminuye la actividad neuronal. Posteriormente, aumenta la liberación de neurotransmisores, como la dopamina, la noradrenalina, entre otros, mejorando así varios aspectos de la función cerebral, incluyendo: estado de ánimo, tiempo de reacción, vigilia, atención, aprendizaje, memoria y función mental general.

El consumo moderado de café estimula el sistema nervioso central, lo que puede afectar en estado de ánimo, la atención, la capacidad de alerta, la memoria, el aprendizaje y diversas funciones cognitivas.
El consumo moderado de café estimula el sistema nervioso central, lo que puede afectar en estado de ánimo, la atención, la capacidad de alerta, la memoria, el aprendizaje y diversas funciones cognitivas.

Efecto antienvejecimiento

Es inevitable, relacionar una edad avanzada con el envejecimiento, especialmente, a nivel cognitivo, ya que algunas demencias degenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, la cual causa pérdida de memoria, así como problemas con el pensamiento y el comportamiento, representa el 60%- 70% de los casos de demencia, según la Organización Mundial de la Salud. Si bien es cierto, no existe una cura para esta y otras afecciones neurogenerativas, investigaciones como la de Boukje van Gelder, experta en medicina de Harvard, ha evidenciado nuevamente que el consumo frecuente de café es bueno para el cerebro.

Básicamente, como explica el portal web del diario El Economista de España, este estudio contó con la participación de 676 personas adultas durante 10 años, quienes tomaban distintas cantidades de café. Finalmente, Gelder demostró que las personas que bebían café de forma moderada tenían menos deterioro cognitivo, por ende, un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

En concreto, la experta en Harvard identificó que, la cafeína al aumentar la serotonina y la acetilcolina, dos estimulantes del cerebro, los cuales ayudan a estabilizar la barrera hematoencefálica, una red de vasos sanguíneos y tejido que evita que las sustancias dañinas penetren al cerebro. Adicionalmente, el café al poseer altas concentraciones de trigonelina, un derivado de la vitamina B6 con efectos antioxidantes, protege también los vasos sanguíneos del cerebro.

La dosis perfecta

Cabe señalar que, su consumo también provoca un aumento de los niveles de cortisol y de adrenalina. Si bien es cierto, esto ayuda a inducir a un estado de activación a nivel fisiológico para estar alerta, la ingesta desmesurada puede generar estrés, insomnio, incremento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial y niveles altísimos de ansiedad.

Por esta razón, como sugiere María José Mas en el blog Neuronas en Crecimiento, las mejores horas para tomar café son cuando el cortisol, empieza a descender y queremos mantener una actividad alta.

La cafeína aumenta los niveles de cortisol, la hormona de estrés que todos nosotros fabricamos de manera natural en la corteza suprarrenal. (Pic: María José Mas)
La cafeína aumenta los niveles de cortisol, la hormona de estrés que todos nosotros fabricamos de manera natural en la corteza suprarrenal. (Pic: María José Mas)

En efecto, hay que tener en cuenta que, cuando se consume con moderación, el café puede ser muy beneficioso para el cerebro. Según afirma la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), esta bebida es considerada parte de una dieta saludable, y aunque la dosis adecuada puede variar según cada individuo, lo más recomendable en una persona adulta es hasta 400 miligramos de cafeína al día, en otras palabras, 4 tazas aproximadamente.

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