En épocas pasadas, el concepto de familia se aplicaba únicamente en aquellas conformadas por papá, mamá e hijos. Hoy, este concepto es más amplio, pues existen familias sin hijos, las que tienen dos padres o dos madres, e incluso las que tienen a solo uno de los padres. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú existen 645.032 hogares dirigidos por madres solas. De este total, el 63,7% de madres tienen al menos un hijo/a menor de 18 años de edad.
Revisemos entonces qué sucede cuando hay ausencia del padre y sus impactos en el desarrollo del niño. Para ello, Bienestar conversó con Taniht Cubas, directora de la Carrera Profesional de Psicología de la Universidad Autónoma del Perú y con Carmen Bravo de Rueda, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma.
El rol de la madre y del padre se complementan cuando el niño es pequeño. Además, ambas especialistas coinciden en que la importancia del padre en el desarrollo de los menores repercute en cómo se van a comportar en el transcurso de su vida.
¿Cómo influye la ausencia del padre en los hijos?
Si bien es cierto, la ausencia del padre no solo se puede representar mediante el fallecimiento, sino que el abandono es un factor sumamente importante. Algunos padres incluso están físicamente presentes, pero no tienen tiempo para hablar con sus hijos, jugar o interactuar por trabajo u otro motivo. Por ello, ambas especialistas destacan algunos aspectos en los que podría influenciar esta ausencia.
- Afecta a su nivel de autoestima: El hijo va a sentir no aceptado o no querido. La autoestima es afectada en el primer instante.
- Impacto en relaciones interpersonales: Puede ser que no tenga facilidad para interactuar con otras personas. En algunos casos lo que más se dificulta es interactuar con varones.
- Repercusión sobre la conducta de los hijos: Las expertas plantean que muchas veces el juego con el padre es más “tosco”, lo cual les enseña a ser más valientes o atrevidos. Su ausencia puede generar mayor timidez en el niño.
- Tienden a ser más inseguros: Su capacidad de toma de decisiones se ve afectada. Esto sucede normalmente, porque el niño se siente abandonado o desplazado.
“Las ausencias pueden influir pero no determinar. Definitivamente, no podríamos deducir que siempre va a haber un trauma, simplemente hay efectos o secuelas emocionales. Tampoco se puede decir que puede desarrollar una psicopatología, ya que estas, en su mayoría, tienen un factor hereditario”, explica Cubas.
¿Cómo lograr un buen desarrollo a pesar de la ausencia del padre?
Cubas nos brinda algunos consejos para que el desarrollo del niño sea saludable a pesar de no tener presencia de la figura paterna:
- Maternidad responsable y comprometida: Si el padre no se encuentra presente, la madre ha de cumplir ambos roles, lo cual no es nada sencillo; sin embargo, debe tener una crianza en base a la participación con su hijo y con base en afecto.
- Tener comunicación: Si la madre trabaja hasta tarde y llega a la casa en la noche, es importante hacerse un espacio de conversación para que el niño se sienta escuchado.
- Ser afectivo: No solo basta con ser el proveedor del hogar, pues es necesario brindarle un acompañamiento emocional, decirle al niño que es muy querido.
- Si es madre soltera, merece celebrar el Día del Padre: Si no hay un padre que pueda ir a las actuaciones del colegio o las actividades que involucran al padre, la madre debe suplir ese lugar para que el niño no se sienta dejado de lado.
Cuando los niños con ausencia de padres quieren tener hijos
Si bien es cierto, la falta de padre en la niñez tiene influencia en el futuro, pero ¿qué ocurre cuando ellos o ellas quieren ser padres también? Carmen Bravo de Rueda nos menciona que para no repetir esas conductas de los padres deben:
- Darse cuenta del daño que esto puede causar: Reflexionar sobre su propia experiencia para no repetir las mismas conductas de ausencia y así evitar las consecuencias emocionales.
- Brindarles seguridad: Brindar protección, acompañarlos a resolver los problemas. Evitar sobre proteger a los niños para que puedan desarrollarse solos. Los padres deben fomentar la autonomía, criar hijos más independientes y con confianza en sí mismos.
- Cumplir con las obligaciones inherentes: Además de proporcionar alimento, educación y in buen ejemplo, deben también corregir moderadamente frente a una mala conducta. Considerar que existe la creencia de que los castigos duros ayudan a corregir cuando no necesariamente es así. Esto último, de forma desmedida puede generar niños rebeldes.
- Asistir a terapia: Si se planea tener un hijo, un psicoterapeuta puede ayudar a notar aquellas conductas que nos impactaron en el pasado para no replicarlas.
“Que le haya faltado el padre, no impide que después uno sea un buen padre o madre. Uno lo ha sufrido en vivo, en carne y alma. Lo que él hubiera querido, es lo que puede darle a su hijo. A veces son cosas tan simples como, por ejemplo, aplaudir su primer gol o empujarlo a que sea un buen alumno y luego premiarlo, si logra el resultado esperado”, finaliza.
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