El TDAH se caracteriza por la presencia de tres síntomas principales: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.
El TDAH se caracteriza por la presencia de tres síntomas principales: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.
Milenka Duarte

El es una de las condiciones más comunes en la población , pues abarca un 50% de las consultas en psiquiatría infantil, por lo que su prevalencia es de aproximadamente un 5% en niños, mientras que, en adultos de un 2,5%, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). Por lo general, los síntomas se presentan a edades tempranas, ya que suelen aparecer en la infancia, específicamente, antes de los 12 años cuando el niño comienza su etapa escolar y enfrenta mayores demandas académicas y sociales.

Ciertamente, esta alteración en el neurodesarrollo puede influir significativamente en el funcionamiento personal, social, académico y/o laboral, puesto que las personas que lo padecen- sean niños o adultos- tienen dificultades para organizarse y concentrarse, pues estas son causadas por la inatención, los rasgos impulsivos e hiperactivos que caracterizan a dicho .

Para conocer más sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, de El Comercio conversó con Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma, quien desarrolló algunos puntos importantes que debemos conocer sobre esta condición.

¿Cuáles son los síntomas más comunes del TDAH en niños y adultos?

Las personas con TDH pueden presentar los siguientes síntomas:

Síntomas del TDAH
Falta de atención: se les dificulta prestar atención a los detalles, falta de organización, tendencia a perder objetos, se olvidan de las tareas y les cuesta mantener el enfoque en una actividad.
Hiperactividad: presentan una inquietud motora, incapacidad para estar quietos, hablan en exceso y tienen dificultad para participar en actividades tranquilas.
Impulsividad: interrumpen a los demás, actúan sin pensar, tienen dificultad para esperar el turno y suelen tomar decisiones impulsivas.

¿Cuáles son las posibles causas del TDAH?

Ciertos factores genéticos y ambientales pueden repercutir en el desarrollo del TDAH. Por un lado, se considera que, este trastorno presenta un componente hereditario, pues se ha observado que tiende a ser más común en familiares de primer grado de personas con TDAH. Además, algunas investigaciones aseguran que, hay ciertos genes que están relacionados con la aparición del déficit de atención e hiperactividad; sin embargo, aún no hay nada concluyente. Con respecto al impacto del ambiente, algunas teorías plantean que, existe una mayor predisposición a desarrollarla en hogares desorganizados, en los cuales no están bien establecidas las rutinas y los límites. También se considera como un factor de riesgo, la sobreexposición de las madres a metales pesados u otro tipo de neurotóxicos, así como el consumo de alcohol o de drogas durante la gestación.

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

En primera instancia, el TDAH puede ser detectado por el pediatra, pues al ser el especialista que realiza un seguimiento constante del desarrollo del niño, es quien puede identificar signos de inatención, impulsividad e hiperactividad. Por consiguiente, se debe derivar al niño a un neurólogo pediatra, psiquiatra infantil o neurólogo psiquiatra, con el fin de obtener información sobre los síntomas y la historia clínica del individuo. Básicamente, esto implica una entrevista con la persona a tratar y con sus padres o cuidadores. Igualmente, se llevan a cabo pruebas psicológicas estandarizadas para evaluar el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual del individuo, las cuales pueden incluir evaluaciones de atención, aprendizaje y comportamiento, además, se realizar una prueba de coeficiente intelectual.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento disponibles para el TDAH?

Es fundamental comprender que, esta es una condición neurobiológica, lo que significa que la persona lo va a tener durante toda la vida. Por esta razón, el tratamiento tiene como objetivo ayudarla a organizarse, controlar sus impulsos, automotivarse, mejorar su capacidad de atención, entre otros. Por un lado, se puede seguir una terapia de comportamiento, la cual le permita trabajar en sus habilidades sociales, manejo del tiempo, organización, planificación y estrategias de autorregulación. También se puede abordar desde un enfoque psicoeducativo, con el cual se pueden realizar una terapia de atención y de aprendizaje según sus necesidades. Otra opción disponible es la farmacológica, pues existen algunos psicoestimulantes que se pueden emplear en estos casos, por ejemplo, para mantener una atención sostenida.

¿Cómo pueden los padres, cuidadores y maestros ayudar a los niños con TDAH a tener éxito académico y social?

Definitivamente, el tener TDAH puede obstaculizar el éxito académico y social de las personas, por ello, es importante que los padres y maestros puedan enseñarle al niño a buscar estrategias para mejorar sus habilidades de organización y planificación. Por ejemplo, pueden ayudarlos a hacer una lista con las actividades cotidianas, puesto que para el menor es muy importante trabajar en base a rutinas. Adicionalmente, es crucial brindarle un espacio de trabajo adecuado, el cual debe ser ordenado, tranquilo y alejado de pantallas, ventanas o ruidos que puedan interferir con su atención. En referencia al aspecto social, es esencial motivarlo para que logre interactuar con sus pares, para así fortalecer sus habilidades sociales.

Los síntomas de déficit de atención incluyen dificultad para prestar atención, dificultad para seguir instrucciones, tendencia a distraerse fácilmente, olvidar tareas y perder objetos con frecuencia, entre otros
Los síntomas de déficit de atención incluyen dificultad para prestar atención, dificultad para seguir instrucciones, tendencia a distraerse fácilmente, olvidar tareas y perder objetos con frecuencia, entre otros

¿Cuáles son los desafíos más comunes a los que se enfrentan las personas con TDAH en el ámbito laboral?

Generalmente, las personas con TDAH pueden enfrentarse a diversos desafíos, por ejemplo, pueden tener dificultad para mantener la atención en tareas largas o repetidas, lo cual puede repercutir en su productividad laboral. Del mismo modo, su falta de habilidades de organización y gestión de tiempo puede obstaculizar la planificación y ejecución de tareas, motivo por el cual, les cuesta establecer prioridades, cumplir con plazos y administrar eficientemente su tiempo de trabajo. Además, la impulsividad puede dificultar la capacidad de mantenerse quieto y de controlarse en el entorno laboral.

¿Existen comorbilidades frecuentes asociadas con el TDAH?

Una comorbilidad muy frecuente es el trastorno de ansiedad, pues se estima que, el 50% de las personas que tienen déficit de atención e hiperactividad en algún momento de su vida pueden presentar síntomas de ansiedad o incluso padecer de depresión, trastornos del sueño, problemas en el aprendizaje y el lenguaje o tics.

¿Cuáles son algunas estrategias que pueden implementar las personas con TDAH?

Desde luego, es sumamente importante establecer rutinas regulares y estructuradas. Por ejemplo, se pueden pautear horarios para cada actividad del día por medio de agendas, listas y check list, las cuales contengan las tareas o pendientes, que los ayuden a mantenerse organizados y a tener un sentido de orden. El uso de recordatorios y alarmas para no olvidar las tareas importantes, plazos o citas son claves para mantener un buen enfoque. Para manejar la ansiedad sería recomendable que, las personas que tengan déficit de atención e hiperactividad practiquen un deporte de forma regular o una actividad que les brinde una mayor calma y tranquilidad, como el yoga o las técnicas de meditación.

Por último, como refirió Muñoz, es importante que, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad no sea concebido como un defecto o limitación, sino como una característica más del individuo, pues con el apoyo adecuado, las personas pueden lograr grandes cosas en su día a día. Por ello, ante la sospecha de este trastorno, es necesario acudir con un profesional médico, el cual podrá diagnosticar a cualquier edad esta condición, por lo que no hay que tenerle miedo, ya que nuestro cerebro tiene una plasticidad, la cual nos permite el desarrollo de habilidades a lo largo de nuestra vida. Por lo tanto, la intervención en cualquier etapa- niñez, adolescencia o adultez- permitirá que la persona pueda aprender a gestionar mejor sus tiempos y sus síntomas, logrando así una mejor calidad de vida.

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