Trabajar la propiocepción nos ayudará a reaccionar rápidamente ante situaciones inesperadas durante la carrera, como por ejemplo, tropezar.
Trabajar la propiocepción nos ayudará a reaccionar rápidamente ante situaciones inesperadas durante la carrera, como por ejemplo, tropezar.

Si en estos momentos alguien nos pregunta ¿cuántos sentidos tenemos? Con toda seguridad diremos cinco (vista, oído, olfato, gusto y tacto), sin embargo, nuestra respuesta estaría equivocada, y es que además de los sentidos mencionados, que por cierto pertenecen al grupo de los exteroceptores porque captan los estímulos procedentes del medio exterior, la ciencia ha descubierto que en realidad poseemos alrededor de 26. Hoy te vamos a hablar de uno ellos, la propiocepción, un sentido esencial para un funcionamiento apropiado de las articulaciones en el running.

Para la neurociencia, la propiocepción es el sexto sentido, a diferencia de los cinco tradicionales de toda la vida, este es de intercepción porque a través de él tenemos conciencia del estado interno del .

La propiocepción es la responsable de registrar la posición, el movimiento y la postura del cuerpo en el espacio.

El profesor de Educación Física, Pedro Pairazamán Hassinger, nos explica que la propiocepción es el sentido de la percepción de la postura y el equilibrio, este sentido responde al sistema propioceptivo, mediante el cual, el cerebro recibe la información sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en relación con su base de soporte. Esto se produce a través de una serie de receptores distribuidos por todo el organismo.

“La sensibilidad propioceptiva es extraordinariamente importante en la vida de relación del ser humano. Esta información es muy precisa sobre los movimientos rápidos y contribuye a mantener el tono muscular, desencadenando la mayor parte de los reflejos que mantienen el equilibrio”, afirma Pairazamán.

Su importancia en el corredor
Cuanto más desarrollado esté el sistema propioceptivo, mejor y más rápida será la respuesta de nuestro cuerpo, minimizando los problemas derivados de un movimiento inesperado.

Una buena propiocepción significa una mejor respuesta sensomotriz, para Pedro Pairazamán existen otros beneficios que vale la pena destacar:

 Previene , evita recaídas y ayuda en el proceso de rehabilitación de estas.
 Trabaja aspectos como la fuerza, equilibrio, coordinación, flexibilidad, tiempo de reacción ante situaciones determinadas, control postural, estabilidad, interacción sensorial.
 Mejora el rendimiento, por ejemplo, desarrollando una pisada más eficiente.
 Fortalece las articulaciones

Pasos para entrenar
El docente recomienda realizar el siguiente plan de ejercicios para fortalecer el sistema propioceptivo:

►Lo primero es iniciar con un calentamiento de movilidad articular, uno muy bueno es hacer pases con una pelota de tenis durante 4-5 minutos por pie, al activar la fascia del pie, nutriremos con mayor calidad el trabajo posterior.
►Lo siguiente es situarnos en un terreno relativamente duro (que no sea colchoneta) y como norma general, descalzos. Muy relajados, buscaremos posiciones de pie que vayan de menor a mayor dificultad:

• Posición 1: pies normales a lo ancho de los hombros.
• Posición 2: con los pies juntos (disminuyendo así la base de sustentación).
• Posición 3: pondremos un pie justo por detrás del otro y después con el otro pie (aquí la falta de equilibrio ya se pondrá más de manifiesto).
• Posición 4: apoyarse sobre un pie (pata coja).

Jugaremos con estas 4 posiciones de trabajo aguantando unos 30-40” por ejercicio. Para aumentar la dificultad podemos mover aleatoriamente la cabeza (simulando la carrera cuando continuamente giramos la cabeza en búsqueda de apoyos).

Para poder trabajar más a fondo el sistema propioceptivo, lo más común es utilizar algunos elementos, como pelotas o plataformas inestables. Ejemplos:

Recepción de pelota
Apoyados sobre un pie, como único punto de equilibrio, recibiremos una pelota que nos lanzará un compañero. Intentaremos coger la pelota sin perder el equilibrio.

Sentadilla con fitball
Nos colocamos sobre una pared con la espalda recta apoyada sobre la misma y flexionamos la pierna (solo media flexión) sobre un único apoyo. La pierna que no tenemos apoyada la extenderemos hacia delante y los brazos se mantendrán colocados en paralelo respecto al suelo.

Balanceo de pierna
En posición vertical apoyamos sobre un único pie nuestro cuerpo y con la otra pierna realizamos movimientos pendulares hacia delante y hacia atrás, todo lo que podamos.

“En definitiva, hay muchos, pero la gente, a menos que se lesione, no suele prestarle la atención que se merece este trabajo”, concluye Pairazamán.

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