Alejandra Garboza

En el sector de Chapinero se encuentra el Chato, el restaurante de Álvaro Clavijo, uno de los lugares más solicitados en Bogotá durante las últimas semanas. No hay quien se resista a descubrir este laboratorio culinario que se ha alzado como uno de los mejores de América Latina y del mundo. El lugar es acogedor y hoy lo visitan personajes reconocidos, extranjeros, periodistas y muchos curiosos, todos siempre queriendo descubrir la propuesta del chef que volvió a tierras cafeteras en 2017 para empezar con su sueño.

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Daniel estudió cocina en la Escuela Hofmann en Barcelona, tras su paso por España viajó a París, Nueva York y Dinamarca para ponerse a trabajar en los fogones de las mejores cocinas. Sin embargo, en el 2017 tomó la decisión de regresar a Bogotá. Siempre supo que quería su propio restaurante, cocinar algo diferente y qué mejor que hacerlo con insumos colombianos y convertirlos en los protagonistas. Así nace El Chato, un restaurante que además recibe el nombre de un apodo muy usado en Colombia para llamar a los amigos.

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La propuesta de Daniel

Desde siempre, El Chato buscó llevar a la gastronomía colombiana a otro nivel a través de sus insumos, para ello ofrece el Menú de degustación compuesto por doce tiempos en los que se destacan la guayaba, el palmito, la langosta, la guatila, el platano maduro, el lulo y hasta las hormigas culonas. Este menú tiene un valor aproximado de 119 dólares y es toda una experiencia. Además, y como recomendación, si te sientas en las mesas del segundo piso podrás ver la cocina y la preparación de cada uno de los platos.

Almojábanas con caldo, una cortesía de la casa.
Almojábanas con caldo, una cortesía de la casa.
/ El Chato

Por otro lado, también tiene una carta divida en entradas, snacks, platos de fondo y cortes. Las entradas que se hacen notar son las Arepas de yuca a 6 dólares aproximadamente, la Mazorca Tierna a 7 dólares, la pesca fresca a 13 dólares, con lo que respecta a los snacks Guayaba con quesillo, casabe y aceite de ajo negro es un imperdible. En cuanto a los platos de fondo a cinco opciones como el Arroz con coco y mejillón o el cochinillo.

Uno de los postres hecho de Millo, calabaza y cabra.
Uno de los postres hecho de Millo, calabaza y cabra.
/ El Chato

Entre los mejores del mundo

El Chato ha escalado con mucha rapidez y este año ocupó el puesto 33 en la lista de los mejores del mundo, esto es satisfactorio para Álvaro y su equipo, quienes llevan semanas recibiendo a muchas personas que solo llegan a Bogotá a disfrutar la propuesta del restaurante.

De igual forma, nunca se lo esperó y no trabajó para obtener reconocimientos, sino para mostrar a Colombia, y sin duda, Álvaro lo está logrando, porque cada vez que llegan turistas reciben la explicación de cada insumo, lo que hace que de alguna manera se lleven más información del país. Así también, el equipo de El Chato es consciente que está construyendo la gastronomía colombiana, lo que va a beneficiar a todos, como ya lo hacen con los productores locales.

A Álvaro le asusta la gran escalada y muchas veces no se la cree, pero se lo están tomando con tranquilidad y siguen trabajando como hasta ahora para poder seguir conquistando nuevos comensales.

Un nuevo espacio

Una nueva aventura empieza para Álvaro, Selma, un restaurante que ofrecerá “comida rica”, inspirada en todos los conocimientos que adquirió en Europa, muchos de los conceptos y técnicas serán aplicados en sus nuevas recetas. Además, es un restaurante muy personal para el chef de El Chato, porque lleva el nombre del cuento favorito de su hija de nueve años.

/ El Chato

La invitación para El Chato está hecha, Álvaro y su equipo prometen una gran experiencia, en la que los protagonistas serán cada uno de los insumos elegidos que te harán sentir que visitas cada rincón de Colombia. El maridaje es otro imperdible, si eliges el de alcohol disfrutarás los mejores vinos del mundo, pero la propuesta sin alcohol, es algo que enamora.