Katherine y Rosalyn Picón son las hermanas que están detrás de Dulcefina, un negocio con casi 30 años en el mercado peruano.
Katherine y Rosalyn Picón son las hermanas que están detrás de Dulcefina, un negocio con casi 30 años en el mercado peruano.
Alejandra Garboza

Dulcefina se ha convertido en una de las cuentas de Instagram más mencionadas, sus tortas están en cada celebración de los influencers más reconocidos del país, el éxito es innegable, pero su historia se remonta a 1994, cuando el padre de Rosalyn y Katherine Picón decidió ponerle un nombre diferente a su emprendimiento de pastelería, que para ese momento ya había superado momentos duros. Las hermanas que hoy lideran el negocio de pastelería fina conversaron con Provecho del nacimiento y del giro del negocio.

“Papá llegaba a casa a contarnos sus historias de las cosas que había preparado y era tan apasionado que compraba libros y revistas, yo era una niña, pero ya era parte del negocio”, cuenta Rosalyn, quien después del colegio ayudaba en la pastelería. El negocio familiar empezó a principios de los 90, años en los que el Perú atravesaba una crisis económica dura, pero a pesar de eso, se mantuvo. Para el 94, ya pensaban en un nombre, así nace Dulcefina.

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“Eran dulces finos, así que el nombre encajaba bien. Mi papá hacía chocolates y tortas, todo un artista con el chocolate”, asegura Rosalyn, quien al lado de su mamá inició en el rubro sin tener conocimiento previo, así que empezó con cursos cortos con los que fue ganando experiencia, sin embargo, decidió estudiar administración, pero su camino estaba trazado y la pastelería se convirtió en su lugar.

En el 2014, empezó con su propio negocio dentro de Dulcefina, las tortas, quince años habían pasado desde que comenzó a ayudar a su papá, ya era momento de hacerse un lugar. Kathy, quien también creció entre chocolate y harina, optó por contabilidad, hasta que llegó el momento de apoyar a su hermana y la pastelería volvería a dar un giro.

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“Kathy llega con sus ideas y empieza otra era de Dulcefina porque por ejemplo lo primero que me dijo es que quería que hiciéramos un empaque bonito para las tortas, también pensó en la tienda virtual que para mí era descabellada porque lo hacemos son tortas artísticas no comerciales, entonces, ¿en verdad podemos venderlas por web?”, cuenta Rosalyn. Pero así fue, y no solo decidieron hacer estos ajustes, sino que también nació la cuenta de Instagram, nuevos packs, nuevas propuestas en general.

Sin embargo, en cuanto a tortas, Rosalyn siempre les ofreció a sus clientes lo más innovador, para el 2008 ya trabajan con fondant, masa elástica, muñecos elaborados con azúcar, todo con acabados bastante sofisticados porque la competencia era fuerte. “Dulcefina empezó a resaltar, creo por nuestros buenos acabados, un buen sabor y diseños innovadores combinando las técnicas para lograrlo”, asegura Rosalyn.

Una nueva pantalla: el Instagram de Dulcefina

La tienda virtual contribuyó con la evolución del negocio, de alguna manera pudieron poner en exhibición sus tortas, pero esto también les permitió estar en Google, buscador por el que se empezaron a hacer populares y llegaron las primeras entrevistas.

Pero fue con la cuenta de Instagram que alcanzaron un lugar importante. “Yo veía que bastantes marcas hacían publicidad enviando productos, entonces yo empecé a tocar las puertas y a mandar las tortas con una caja de presentación bonita. Así empezamos a quedar ya para hacer sus tortas de cumpleaños y ahora ya nos buscan porque que confían en nosotras y la verdad agradecemos que ellas nos tengan cariño. Creo que se nota que el producto lo hacemos con mucho amor”, dice Kathy.

Tortas de ensueño

Son diferentes las técnicas que se trabajan en Dulcefina: Buttercream, Ganache, entre otras, todas estas les permiten trabajar tortas artísticas. Pero en vista de que la tienda virtual le da nuevos clientes, tuvieron que pensar en una nueva línea, una que fuera más rápida, así nace Cake Express, que son tortas que pueden ser mandadas a hacer con un día de anticipación. Uno de los trabajos más recientes de este tipo fue la torta de cumpleaños de las hermanas Parodi, influencers de estilo de vida.

Luego están las que trabajan con una semana de anticipación, 15 días e inclusive hasta dos meses, que ya son las más trabajadas y gigantes, como fue la torta que trabajaron para el matrimonio de la conductora Brunella Horna, que fue elaborada con flores en azúcar bastante y que toman bastantes horas.

En cuanto a los costos, lo que se hace normalmente es cotizar por peso, pero en Dulcefina no se trabaja así, lo que hacen es cotizar horas trabajadas porque lo hacen es artístico. ”Hay tortas que trabajamos más horas y hay tortas que a veces las sacamos en cinco minutos o en diez, porque solo es un detalle, entonces la elección de la torta depende del cliente”, señala Kathy.

Algo que es preciso mencionar es que ninguna de las tortas trabajadas en la pastelería se repiten, cada una tiene el toque personal del usuario y nunca le dicen que no a un nuevo diseño, siempre buscan la forma de trabajar la propuesta.

“Las tortas son un mundo bien complejo, pero muy bonito, hemos tenido oportunidad de ir varias veces a convenciones y concursos, pero acá en Perú no interesa tanto si te ganas un premio, lo que le interesa al consumidor es una torta rica y bonita y eso es lo que queremos hacer”, señala Kathy.

Casi 30 años después

Los años han pasado para Dulcefina y a menos de un año y medio de cumplir 30, su éxito es innegable a tal punto que un fin de semana pueden llegar a tener entre doscientos y doscientos cincuenta pedidos.

Para Rosalyn y Kathy, Dulcefina tiene su propia personalidad “es regia y popular”, y las ilusiona mucho con todo lo que se viene como el taller con el que han soñado. “La pastelería artística no es un negocio que te dé millones, pero si mucha satisfacción personal, aunque sea un trabajo muy constante”, dice Kathy. Así que después de muchos años, llegará el taller soñado en el que Dulcefina seguirá creciendo.

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