Sin duda, una buena nutrición es esencial para un adecuado funcionamiento del organismo; sobre todo, si se está atravesando por un proceso de gestación, pues la alimentación es un factor crucial para asegurar el crecimiento y desarrollo del feto. Tras la concepción, específicamente, a partir del segundo trimestre la madre empieza a experimentar una serie de cambios fisiológicos, bioquímicos y metabólicos de adaptación, lo que fomenta el incremento de la ingesta enérgica de 300 a 500 kilocalorías.
Sin embargo, en nuestra sociedad se tiene la creencia de que las embarazadas deben comer doble, pero esto no puede estar más alejado de la realidad, pues estos malos hábitos pueden traer una serie de consecuencias irreversibles, como abortos espontáneos, muerte fetal intrauterina, entre otras complicaciones. Por esta razón, como sugiere María Teresa Zumarán Crispín, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma, si bien es cierto, depende mucho del índice corporal de la madre previo a la concepción, lo ideal es que suban en promedio de 9 a 12 kilos durante los 9 meses.
¿Por qué es tan importante una buena nutrición en el embarazo?
En definitiva, la falta de nutrientes importantes, como proteínas, calcio, hierro y vitaminas, puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, incluyendo bajo peso al nacer, malformaciones congénitas y parto prematuro, explica la especialista.
Por otro lado, durante este periodo, el cuerpo de la madre necesita más nutrientes para satisfacer las demandas de crecimiento y desarrollo del futuro bebé, así como también mantener una salud materna, motivo por el cual, es fundamental que adopte una dieta equilibrada que la ayude a prevenir problemas de salud, como la anemia, presión arterial alta y la diabetes gestacional.
Adicionalmente, la nutricionista destaca la importancia de que, la gestante tenga en cuenta los puntos anteriormente mencionados, puesto que una buena alimentación prepara al organismo para el parto, asegurando también las reservas grasas para la producción de leche materna rica en nutrientes para el recién nacido.
¡Cuidado con lo que comes!
Cabe señalar que, durante el embarazo el sistema inmunológico de la mujer se debilita para proteger al feto en desarrollo, razón por la que las gestantes suelen ser más susceptibles a ciertas infecciones y/o enfermedades que pueden afectar tanto a la madre como al bebé. Básicamente, esto se debe a que algunos alimentos pueden contener bacterias, parásitos, contaminantes o simplemente no aportan los nutrientes suficientes, aumentando así la probabilidad de complicaciones.
Por lo tanto, Zumarán refiere que en este periodo se deben realizar algunos cambios en el estilo de vida y en la dieta para que todo marche correctamente, por ello, es necesario restringir o evitar ciertos alimentos como:
Carnes crudas o poco cocidas: Esto incluye a la carne de res, cerdo, aves de corral y pescado, las cuales pueden contener bacterias como la salmonela, la Escherichia coli y la listeria, que pueden causar infecciones graves.
Pescado con alto contenido de mercurio: El mercurio es un contaminante que se encuentra en algunos tipos de pescado, como el pez espada, el tiburón, el atún y el mero. Este puede afectar el desarrollo del sistema nervioso del feto.
Quesos blandos y sin pasteurizar: Los quesos blandos, como el queso feta, el brie, el camembert y el queso azul, pueden contener bacterias como la listeria.
Huevos crudos o poco cocidos: Los huevos crudos o poco cocidos pueden contener bacterias como la salmonela, que pueden causar infecciones graves.
Café: Definitivamente, es importante limitar su consumo o de preferencia evitarlo. Máximo dos tazas al día y alejadas de las comidas principales para evitar que interfiera con la absorción del calcio y el hierro.
Hígado: Lo más recomendable es evitarlo en el primer trimestre, pues al tener un alto contenido de vitamina A, esto puede provocar problemas en el desarrollo del bebé.
Bebidas alcohólicas: No se debe consumir alcohol durante el embarazo, ya que puede afectar el desarrollo del feto, causando un aborto espontáneo, muerte fetal y una variedad de discapacidades físicas, intelectuales y de comportamiento para toda la vida, las cuales se le conocen como trastornos del espectro alcohólico fetal.
Por último, la especialista nos recuerda que es importante que durante este proceso las mujeres reciban una adecuada asesoría nutricional, con el fin de evitar cualquier complicación que perjudique la vida de ambos. Por ello, siempre es recomendable contactar a un profesional en la salud ante cualquier duda o preocupación.
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