Actualmente, el ritmo de vida que llevamos y la falta de tiempo nos ha impulsado a adoptar una serie de hábitos poco saludables que impactan en nuestra alimentación. En muchos casos, esto no únicamente sucede en la población adulta, sino que también se traslada a los niños y adolescentes, quienes están cursando una etapa fundamental para su desarrollo físico y mental. Por lo general, se omite muchas veces el desayuno o este no es el adecuado, ya que carece de los nutrientes necesarios para que el menor pueda empezar el día con fuerza y vitalidad.
En efecto, esta es la comida principal del día, pues venimos de un ayuno de aproximadamente 12 horas, periodo en el que no se ha consumido ningún tipo de alimento, motivo por el cual, el desayuno proporciona energía para el cuerpo y el cerebro, ayudando así a los niños a tener un buen crecimiento, desarrollo cognitivo y físico y salud en general.
¿Por qué es importante empezar el día con un buen desayuno?
Definitivamente, el desayuno es fundamental, ya que al ser una de las comidas principales junto con el almuerzo y la cena, aporta en promedio entre 20% y 25 % del requerimiento nutricional del día. Como manifestó Karen Velásquez Pérez, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma a Bienestar de El Comercio, una de las principales razones por la que los niños nunca deberían salir de casa sin un buen desayuno, es porque esta provee la energía necesaria para que puedan tener un mejor rendimiento académico, puesto que diversos estudios han demostrado que los niños que desayunan tienen mejores notas, mejor asistencia y menos problemas de comportamiento. Además, mejora la memoria y la capacidad de concentración.
El desayuno aporta en promedio entre 20% y 25% del requerimiento nutricional del día
Igualmente, el desayuno les permite obtener todos los macronutrientes y micronutrientes para un óptimo desarrollo físico y mental, así como los ayuda a mantener un peso saludable, ya que tienen menos posibilidad de sufrir de sobrepeso u obesidad. Por esta razón, un desayuno saludable y balanceado es clave para controlar el apetito y reducir el riesgo de comer en exceso durante el día.
En efecto, los padres tienen la gran responsabilidad de brindarles a sus hijos alimentos nutritivos y de calidad que les permitan rendir correctamente en colegio y que no presenten dificultades en su desarrollo o que experimenten cansancio, somnolencia o que esto repercuta negativamente en su estado de ánimo, expresó la nutricionista.
Además, es primordial que los progenitores comprendan que, si bien es cierto, la lonchera es parte importante para complementar el requerimiento nutricional, este no puede reemplazar al desayuno, pues el aporte nutricional del refrigerio es tan solo de un 10% a 15%.
Hábitos saludables
Sin duda, los hábitos familiares en cuanto a las comidas en general, va a influir en la alimentación de los niños. “Es clave que los padres inculquen buenas costumbres a sus hijos, las cuales les permitan tener el tiempo necesario para poder sentarse a la mesa, comer tranquilos, masticar, digerir y disfrutar también de este momento, pues es una excelente oportunidad para fortalecer el vínculo entre padres e hijos”, expresó Velásquez.
Adicionalmente, deben transmitirles los beneficios de tomar desayuno, pues si los niños comprenden que la primera comida del día es muy importante para que puedan rendir mejor en el colegio, seguir jugando y realizar el deporte y /o actividad que más les guste, ellos serán más conscientes y valorarán más ese momento del día.
Por otro lado, en cuanto a la selección de alimentos para esta comida matutina, la especialista recalcó que, en primer lugar, se debe tener en cuenta la hora, por lo que deben ser de fácil digestión, ya que el tiempo es bastante corto. Por esta razón, un desayuno nutritivo debe contar con los siguientes alimentos: lácteos (leche, yogurt y queso), carbohidratos (cereales, como la avena o quinoa, pan o tubérculos), proteínas (huevo, pollo, pescado u otros alimentos de origen animal) y frutas (papaya, piña, plátano, mandarina).
Opciones de desayunos saludables para niños
- Una taza de leche fresca, dos tajadas de pan de molde con atún y rodajas de palta y un vaso de jugo de papaya.
- Un vaso de yogurt descremado, 1/2 tazón de avena cocida con frutas frescas y 5 huevos de codorniz.
- Un vaso de jugo de naranja, choclo desgranando y queso fresco.
- Panqueques de avena con yogurt griego y frutas de estación.
- Una taza de leche fresca, pan ciabatta con tortilla de verduras y una mandarina.
- Un vaso de yogurt descremado, camote sancochado y pejerrey arrebozado y una porción de arándanos.
- Una taza de quinua con leche, huevo revuelto con tostadas y piña picada.