Definitivamente, adoptar una alimentación saludable es la base para una adecuada calidad de vida y la salud, ya que permite un buen crecimiento y desarrollo, un mejor rendimiento y, además es una excelente forma de prevenir patologías crónicas de origen nutricional. Como refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta saludable es uno de los principales factores de promoción y mantenimiento de un buen estado de salud durante el ciclo vital.
Sin embargo, con un ritmo de vida tan acelerado y el estrés cotidiano, podemos cometer el gran error de priorizar otras cosas y tendemos a dejar de lado, nuestra nutrición. Si bien es cierto, esto puede suceder en diversos momentos de nuestras vidas; sobre todo, es muy frecuente en la etapa universitaria. Básicamente, esto puede generarse, ya que los alumnos sienten que este periodo de formación educacional obstaculiza el llevar una dieta saludable, en especial, por la falta de tiempo.
¿Cómo influye la alimentación en el funcionamiento de nuestro cerebro?
Es probable que, en repetidas ocasiones hayamos escuchado frases como: “no puedo pensar, sino como algo” o “siento que no funciono sin comida”. En efecto, este tipo de comentarios no están tan alejados de la realidad, ya que nuestro cerebro, el cual es responsable de controlar diversas funciones cognitivas, como el pensamiento, el lenguaje, la atención, la memoria, el aprendizaje, entre otros, requiere como mínimo del 20% de la energía que ingerimos para lograr un desempeño adecuado.
Además, este órgano complejo necesita de diversos nutrientes para su formación y desarrollo, puesto que las células nerviosas o neuronas que lo componen necesitan alimentarse para tener un adecuado funcionamiento y generar nuevas conexiones cerebrales. De igual forma, la composición de cada comida tiene un efecto directo en la producción de las señales químicas del cerebro, en otras palabras, los neurotransmisores que se encargan de llevar la información a lo largo del sistema nervioso, pueden condicionarse de acuerdo al tipo de alimento que hemos ingerido, influyendo claramente en nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento.
¿Cómo pueden los universitarios lograr una alimentación saludable?
Como explica Tania Arauco, coordinadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), los estudiantes están expuestos a un sinfín de malos hábitos alimenticios, como ayunos por largas horas, desinterés por la comida y el consumo excesivo de comida pesada. Además, el limitado acceso a alimentos de calidad en los centros educativos, interfieren con su adecuada nutrición, por ende, en su desarrollo personal y académico.
También es importante comprender el verdadero impacto del estrés en estos jóvenes, puesto que están atareados con las clases y evaluaciones, que evidentemente influye en su relación con su alimentación, causando falta de apetito, que no cumplan con sus horarios de ingesta o la compulsividad en la manera de comer, destacó la especialista.
Por este motivo, es fundamental que los estudiantes desarrollen una adecuada conducta alimentaria, en especial, ahora que están a vísperas de iniciar un nuevo ciclo de estudios. Para ello, Arauco nos brinda una serie de consejos que deben tomar en cuenta para lograr una alimentación balanceada que potencie al máximo su rendimiento y proceso de aprendizaje.
No omitir comidas
Es clave que comprendan que las comidas son relevantes para un buen funcionamiento. Por ejemplo, en el caso del desayuno, el cual representa la ingesta de los primeros alimentos después de un tiempo prolongado de sueño. Por su parte, el almuerzo aporta energías necesarias para continuar con la jornada de estudio. Mientras que, la cena es una preparación ligera para no causar una indigestión al dormir.
Hidratación constante
Cuando nuestro cuerpo sufre una deshidratación, la irrigación del cerebro se dificulta, ya que llega menos volumen de sangre, por ende, menos oxígeno y glucosa, alterando así el funcionamiento natural de este órgano tan necesario para el proceso de aprendizaje y nuestra vida en general. Por esta razón, Arauco recomienda tomar 8 vasos como mínimo al día.
Evitar la comida rápida o muy procesada
Todo en exceso es dañino; sin embargo, es importante reducir de manera significativa el consumo de las famosas comidas chatarra, las cuales causan una satisfacción momentánea, son las responsables de enfermedades como la obesidad. Asimismo, la ingesta de este tipo de alimentos afecta directamente en la cognición, ya que influye negativamente en la capacidad de memorizar, causa fatiga y debilidad, además de que, no aporta ningún tipo de vitamina ni proteína necesaria para el bienestar del organismo.